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lunes, 10 de septiembre de 2007

Mayo de 1968: La imaginación al poder



La cosa comenzó en Nanterre, en las afueras de París, en la hacía pocos años inaugurada Facultad de Humanidades. Allí comenzó en marzo del 68 un movimiento por mayor libertad de expresión política, en un momento en que las instituciones universitarias francesas estaban bastante anquilosadas. El 22 de marzo un grupo se tomó algunas dependencias, y se transformó en el Movimiento 22 de Marzo, liderado por Daniel Cohn-Bendit, un estudiante de sociología de 23 años que pronto sería conocido en todo el mundo como "Dany el Rojo". La reacción autoritaria de la Universidad y los ataques violentos de algunos grupos derechistas dio notoriedad a los "rabiosos" (como se les llamó desde un principio), y les granjeó popularidad. La detención de Cohn-Bendit y el allanamiento de su domicilio rebalsan el vaso, y empiezan amplias manifestaciones de apoyo, que son contestadas con el desalojo policial de la Facultad en Nanterre y algunas detenciones.

El viernes 3 de mayo se realiza una concentración en la Sorbona, en solidaridad con la situación en Nanterre. La policía cierra la Facultad, sin dejar entrar ni salir a nadie. Luego deja salir a la gente, prometiendo que no habrá detenciones, lo que no cumple. Los estudiantes que andan en el sector, y también simples transeúntes reaccionan ante la masiva y prepotente presencia policial, y el resto del día se suceden numerosas manifestaciones espontáneas. Al caer la noche la policía clausura la Sorbona y vigila las calles: cualquier estudiante es sospechoso. Hasta aquí las noticias informan sólo sobre "pequeños grupos de agitadores",y la izquierda tradicional -incluyendo al Partido Comunista y a su juventud- critica fuertemente a estos "grupúsculos exaltados". Los dirigentes estudiantiles se reunen y llaman al paro, teniendo como única exigencia la vuelta a la normalidad (liberación de los detenidos, reapertura de facultades, retiro policial).

El fin de semana del 4 y 5 de mayo, un tribunal condena a cuatro estudiantes a penas de prisión. Los estudiantes se organizan para la semana que vendrá.

El lunes 6 casi unánimemente los 600.000 estudiantes de Francia acatan el llamado a paro. Una comisión que debía juzgar a Cohn-Bendit y a otros se reserva su deliberación para el día siguiente, mientras 10.000 estudiantes marchan gritando "somos un grupúsculo", y organizan las primeras barricadas. La organización para el combate callejero funciona, y la policía se siente desbordada.

El martes 7 el gobierno comienza a preocuparse. Ya no habla de manifestación, sino de revuelta. Hay estado de sitio en el Barrio Latino. Las manifestaciones de solidaridad se multiplican, en el país y en el exterior. Las centrales obreras desconfían del movimiento, pese a que los sindicatos de base quieren solidarizar contra la represión.

El miércoles 8 la izquierda cambia de línea, ataca al gobierno e intenta tomar la dirección del movimiento, lo que es rechazado por los estudiantes, que lo juzgan oportunista.

El jueves 9 marca un punto de inflexión. Mientras el gobierno cree que la cosa va camino de calmarse, y planea reabrir lentamente las facultades, los diversos grupos estudiantiles se mantienen en conversaciones y reuniones. Pero pronto llega la tempestad, el viernes 10, con la toma de la facultad en Nanterre, y una amplia manifestación que levanta barricadas en el Barrio Latino. Esa noche hay una verdadera batalla campal. La "noche de las barricadas" conmueve al país por lo violento de la represión y lo heróico de la resistencia. Fue la chispa que desencadenó el movimiento popular. Balance: un millar de heridos, quinientos detenidos, 200 autos incendiados, el barrio arrasado.

El sábado 11, en respuesta a sus bases y a los estudiantes, las centrales obreras llaman a huelga para el día lunes. El gobierno intenta calmar los ánimos con algunas concesiones, pero fracasa. Los estudiantes se mantienen en asambleas permanentes.

El lunes 13, Francia conoce las mayores manifestaciones desde la Liberación del 45: más de un millón de franceses marchan por París: estudiantes, obreros, profesores, artistas... La policía desaparece de las calles.

Conscientes de que el futuro del movimiento pasa por el apoyo de los trabajadores, el martes 14 delegaciones de estudiantes parten a las fábricas. El miércoles 15 200 obreros jóvenes se encierran en la fábrica Renault, secuestrando a los directores, pasando la noche en el lugar. Al día siguiente la inmensa mayoría se pliega a la ocupación de la fábrica. Esta acción imprevista sorprende al estado mayor sindical. Los obreros pasan a la ofensiva, y la fábrica Renault, "la Nanterre obrera", se transforma en un símbolo del más vasto movimiento de huelga que haya conocido el país. En una semana y sin ninguna coordinación sindical, Francia queda absolutamente paralizada: diez millones de obreros se han lanzado a la huelga.

El movimiento, pese a estar centrado en París, se repite por toda Francia. Los eslóganes de los estudiantes empezaron a ser reemplazados por ataques directos a De Gaulle, y el gobierno temió por su permanencia. Varios políticos de izquierda, entre ellos Francois Miterrand, llaman a formar un gobierno alternativo, "ante la desaparición del estado". Pero comienza el fin del movimiento. El gobierno reacciona con energía, De Gaulle alerta al ejército, disuelve la Asamblea Nacional y llama a elecciones. Llegan las vacaciones, y el movimiento estudiantil pierde convocatoria en los meses que siguen (el Odeón y la Sorbona son desalojados a mediados de junio). Las elecciones le dan apoyo al gobierno: la mayoría se la juega por la estabilidad. Aún así, De Gaulle habría de marcharse un año después.

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